La curiosidad y el querer entender todo lo que me rodea, me lleva a investigar y experimentar en diferentes ámbitos y materias.
Mi curiosidad cruza límites que ni yo sabía que existían, intentando formarme y nutrirme de la forma más global posible, para ser una persona más responsable con mi entorno y con lo que me rodea. Y todo ello, es siempre sustentado y potenciado por el feminismo. Ese movimiento, esa ola tan grande en el que llevo nadando unos cuantos años, y en el que me quedan muchos rincones por conocer.
El feminismo me ha abierto una nueva puerta de expresión personal, ha potenciado mi pensamiento crítico para afrontar con fuerza y energía positiva todas las situaciones cotidianas que rodean en el día a día a las mujeres y sus cuerpos.
Ponerme las gafas moradas para entender mi entorno, el contexto donde habito, la sociedad que transito, me ha aportado sabiduría y valor para afrontar, investigar y tratar temas que podían en otra época estar silenciadas. Pero que tienen cabida, en esta nueva ola de revolución femenina.
Todo ello se traslada a mi práctica artística. A través de diferentes herramientas y técnicas, intento plasmar y reflejar diferentes temáticas que influyen en la persona, en la mujer, en el cuerpo y en el espacio desde una perspectiva feminista. Y que me trasladan a repensar sobre la situación de la mujer y su cuerpo en la vida diaria, desde una estética brutalista.
Cada día, me levanto, me pongo mis gafas y trato de mirar, observar y analizar para poder entender, digerir, plasmar y visibilizar lo que ocurre en nuestra sociedad patriarcal.
¿Os animáis a poneros las gafas conmigo?